Los contratos son los instrumentos por excelencia para dar certeza a los acuerdos alcanzados entre las partes interesadas. Estos instrumentos deben ser
analizados y elaborados con gran rigor para evitar la inclusión de elementos no legales y las interpretaciones subjetivas o ambiguas que puedan generar
controversias o disputas legales.
Para elaborar correctamente un adecuado contrato, es necesario conocer a fondo el negocio que se pretende celebrar, así como la capacidad legal de los
firmantes y sus facultades para celebrarlo.